Respira. Tres, dos, uno:
Arranca cuentaparanota. Un proyecto que no sabe muy bien dónde va pero que sabe de dónde nace: de la necesidad de hacer saber cómo trabajamos y de la gratitud para con tantos y tantos compañeros que cuelgan día tras día sus proyectos, clases, ideas etc. para que otros las disfrutemos.
Estos días de atrás hablaba yo con mis alumnos de las nutrias; las nutrias marinas para ser más exactos. ¿Saben que se agarran de las manos al dormir para evitar ser arrastradas y separadas por la corriente? Dio, efectivamente, mucho que hablar el tema, en seguida aparecieron las primeras opiniones. Los alumnos entendieron el mensaje de unidad y colaboración que les quería transmitir, no era difícil; pero me di cuenta de un error de concepto: ellos se unían frente a un adversario común: los profesores.
En efecto, como tantas veces ha demostrado la historia, nada une más a un grupo que un enemigo común; sin embargo, yo pretendía que entendieran que tanto los profesores como ellos mismos debíamos agarrarnos de la mano en la búsqueda de un objetivo, el de ser capaces de enfrentarse a los retos que la vida nos pone. Ya sean académicos o personales, los retos nos educan. Los sintagmas, las raíces cuadradas, las discusiones con amigos, el deporte o las mitocondrias. Todo supone un entrenamiento constante para lo que nos espera. Ese futuro incierto para el que todos, alumnos y educadores, estamos preparándonos. Quizá sea una buena imagen la del profesor que deja de estar en frente (a veces enfrentado) de sus alumnos y se sitúa a su lado, guiándoles y preparándoles con las herramientas que su asignatura le da.
Como diría Manrique: "nuestras vidas son los ríos" y a veces la corriente nos separa de los que deben enseñarnos a buscar nuestro sitio. Ojalá que aprendamos todos a vivir de la mano, como las nutrias.
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